jueves, 16 de junio de 2016

Dificultades y pastillas mágicas


La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe anual sobre el panorama de la sanidad en sus países miembros, apunta que la intensidad y duración de los tratamientos antidepresivos han aumentado en los últimos diez años.
La utilización de medicamentos antidepresivos en España se ha triplicado en 10 años, según los datos publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Claro después de estos datos podríamos llegar a la conclusión de que la crisis ha generado y genera mucho dolor, lo que va en contra del bienestar y la felicidad de la gente, cosa por otra parte parece lógica pero hubo un dato que me hizo pensar sobre el asunto:
Con 88 consumidores de fármacos contra la depresión al día, nos situamos terceros en la clasificación. Mientras que en la de los países más felices se sitúa en la parte baja de la tabla, por detrás de Serbia (casilla 87), Rumania, Zambia, China, Montenegro, Jordania, Pakistán, entre otros.
Lo que me pregunté que es lo hace que un país como el nuestro se consumen una cantidad tan ingente de psicofármacos?, Entiendo que cierta parte puede ser el diagnóstico por causas orgánicas y otros por el punto álgido de un proceso, pero eso no explica el uso y abuso tan desorbitado de psicofármacos de los cuales y para mí un dato aún si cabe más escandaliza, es como también se recetan también a niños de edades muy tempranas.
Creo que la razón de más peso, es como nos habituamos a posicionarnos ante las adversidades. Todas aquellas dificultades / problemas / tragedias en definitivas todo aquel dolor inherente que conlleva la vida y vivir, la manera en cómo afrontamos y transitamos el dolor de todo lo que perdemos, a veces es un ser querido, un trabajo, una pareja, la salud , o lo que no queremos reconocer por lo que conlleva, etc., y es que la vida a veces nos da ya veces nos quita. El tema de fondo es cómo afrontar pérdidas y ganancias.

"Saber ganar sin perder uno mismo y saber perder ganándose a un mismo" Joan Garriga
Si miramos nuestra naturaleza tiende a minimizar el dolor, me explico, disponemos de mecanismos para atenuar o minimizar el dolor, como por ejemplo en el plano físico en el momento de un impacto, corte, etc., tu cuerpo genera un cóctel bioquímico (endorfinas para bloquear los detectores del dolor al cerebro y otros opiáceos / analgésicos naturales para atenuarlo), emocionalmente sotierran / olvidemos recuerdos y hechos dolorosos o psicológicamente tenemos el mecanismo del autoengaño. Todos estos mecanismo nos ayudan a atenuar el dolor en principio, pero que pasa cuando adaptamos una posición vital que como estrategia adoptamos la evitación del dolor.

 
La no afrontació positiva / adaptada del hecho o la situación puede derivar en dos maneras: una es permanecer anclados en el dolor de lo que perdimos, no aceptar el dolor de una pérdida es lo que nos produce un sufrimiento mayor, y la otra, es buscar en algo o alguien que lo solucione, buscamos pastillas milagrosas, fórmulas magistrales o delegamos nuestra responsabilidad de cambiar aquello que no nos gusta.


Sobre cómo delegamos nuestra responsabilidad, lo que sólo uno puede hacer evitando el proceso y el desarrollo propio, me gustaría contarte un cuento:
Cierto maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían completamente el sentido de la misma.
- Maestro - le dijo en tono desafiante uno de ellos una tarde -, tú siempre que nos hablas nos cuentas los cuentos pero no nos cuentas nunca su significado más profundo.

- Te pido perdón por haber realizado estas acciones que dices - se disculpó el maestro-, permíteme que en señal de reparación te invite con un rico melocotón.

- Gracias maestro.

- Quisiera, para agradecerte como verdaderamente te mereces, pelar hacerte tu melocotón yo mismo. Me permites?

- Sí, muchas gracias - se sorprendió el alumno, halagado por el gentil ofrecimiento que recibía del maestro.

- Te gustaría amado alumno que, ya que tengo en la mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo a la hora de ingerir-?

- Me encantaría, pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro.

- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte en todo lo que buenamente está en la mano. Permíteme que también te lo mastique antes de dártelo.

- No maestro, no me gustaría que hicieras eso! - Se quejó sorprendido vez que contrariado el discípulo -.El maestro hizo una pausa reflexiva vez que interiorizaba y dijo:- Si yo les explicara el sentido de cada cuento a mis alumnos, sería como darles a comer fruta masticada.

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