lunes, 16 de junio de 2014

Crecer ante la Adversidad


Las oportunidades se disfrazan de múltiples maneras, muchas veces no las vemos como tal sino todo lo contrario, como algo no deseable.

Imagina que dentro de determinadas situaciones, dificultades, problemas, decisiones, etc., albergaran la semilla de tu crecimiento, si todo esto es necesario para convertirte en quien estas llamado a ser, como cambiaría tu disposición emocional ante los acontecimientos no deseables.

Como crecer pues ante la adversidad?

Definimos crecer como un proceso de maduración personal, el cual conlleva el proceso vital de aprendizaje y mejora personal (competencias psico-emocionales y corporales) como resultado de un saber vivir y de un saber convivir.


En este saber vivir y saber convivir, nos encontramos con sucesos, situaciones, dificultades y problemas que forman parte importante de ese aprendizaje. A la pregunta de -como crecer ante la adversidad? , no hay una fórmula universal pero si una serie de elementos comunes frente a la superación de la adversidad:

ADQUIERE COMPROMISOS
Determina que es lo que quieres, que es importante para ti y decide que no vas a renunciar a ella, lucha por ello!.

TEN PACIENCIA
Recuerda que todo lo valioso requiere tiempo. Dedica tu tiempo a lo importante y no te dejes llevar por la urgencia.

ASUME RESPONSABILIDAD
Tu vida es tuya y de lo que hagas con ella, asume todo lo que no te gusta, dale respuesta y cámbialo.

CONFÍA EN EL FUTURO
Piensa y actúa con la convicción de que la vida está en tu manos.

ACEPTA LOS DESAFÍOS
Acéptalo! ya que lo quieras o no estarán, confía en TI, en el tus recursos y tu capacidad de aprendizaje.

Déjame que te cuente un cuento:

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una echó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en otro. Colar el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?". "Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de quitarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?". El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo! , Pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua siendo fuerte y dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua siendo frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café pero eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

"¿Cómo eres tú?", Le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"

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